30 junio 2011

¿QUÉ COMEMOS? (Rubén Benitez Garriga)


No voy a hablarles de grasas, ni de proteínas ni de azúcares, eso ya lo escuchamos todos los días; hemos escuchado hasta la saciedad cómo debe ser una dieta equilibrada. Lo típico...de menos carne y más vegetales.
            Voy a proponer una reflexión más allá, partiendo de la siguiente premisa:  las empresas alimenticias no buscan abastecer a la población, buscan enriquecerse.
            Bien, pasa con muchísimas otras industrias, ésta no tiene porqué ser una expeción -prueba de esto son las grasas trans- ¿A dónde quiero llegar? A todos los químicos que añaden, sin reparar en si son perjudiciales o no para la salud. Los cambios y “avances” que están apareciendo van a un ritmo muchísimo mayor que el de las investigaciones sobre los posibles efectos de dichos avances; sobre todo a medio y largo plazo. Es decir, ellos miran si no mata de golpe, y entonces lo aprueban.
            Si miramos una etiqueta de cualquier producto manufacturado, lo más seguro es que encontremos alguno de los siguientes grupos de sustancias:

-Colorantes
-Conservantes
-Acidulantes
-Estabilizantes
-Edulcorantes
-Potenciadores de sabor
-etc.

            Nos llenan la comida de porquería, y en las etiquetas de los envases se limitan a poner lo bien que sabe, o incluso lo sano que es. Hay que satisfacer la demanda, y hacerse todo lo rico que se pueda, a coste que sea -la salud de los consumidores-. Animo a que se busque un poco acerca de dos compuestos bastante famosos -no precisamente por sus beneficios-:

            Glutamato monosódico (potenciador de sabor)    //     Aspartamo (edulcorante)

            Solo digo que no hay una patata chip que no lleve el primero, y no hay chicle que en el mercado sin el segundo, por poner algún ejemplo.

            Además, si expandimos el ratio de influencia, y añadimos los insecticidas, fertilizantes artificiales, y vertidos tóxicos que se come el pez -que luego te comes tú- podemos empezar a ver que sí es algo por lo que preocuparse; y el hecho de tener hasta 100 compuestos químicos añadidos en tu cuerpo no es algo que deba tomarse a broma.

          

  Os dejo con el enlace de una ponencia del Catedrático en Medicina y Coordinador de Investigación del Hospital Clínico de Granada, Nicolás Olea:


            Realmente recomiendo su visualización. Se podrían escribir infinidad de folios acerca del tema.

            Por último y esperando que no haya sido demasiado extenso: ¡gracias y comentad lo que queráis!

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